Marta Cecilia Osorio

Nací en Cali, Colombia el 2 de julio de 1971 y ahora tengo 48 años. Estoy casada desde hace 27 años, y Dios me ha regalado 2 hijos. 

Mis recuerdos de la infancia son muy vagos, recuerdo peleas entre mis padres, mi padre bebía y golpeaba a mi madre. Sin embargo, mi madre intentaba darnos siempre lo mejor, trabajaba mucho para darnos todo lo que podía. Lo que si recuerdo muy bien es llegar del colegio y no estar mis padres en casa, eran los vecinos los que nos recibían y cuidaban hasta que llegaban mis padres de trabajar, pero en lugar de cuidarnos, nos chantajeaban y se aprovechan de nuestra indefensión. Yo me decía a mi misma que cuando fuera mayor nunca dejaría a mis hijos al cuidado de nadie, ya que no quería que pasaran por lo que mi hermana y yo vivimos de pequeñas. 

También recuerdo que mi abuela, la madre de mi madre, me trataba muy mal, me encerraba y me dejaba sola, prefería a mi hermana. Este trato se debía a que mi abuela me consideraba menos al haber nacido fuera del matrimonio, decía que yo era una bastarda, porque mi madre me había tenido sin estar casada y mi padre no era mi padre biológico. No obstante, yo nunca noté una diferencia de trato por parte de mi padrastro. 

Con el pasar de los años, cuando era ya una adolescente, mi madre no pudo volver a trabajar y empecé a trabajar en verano, pero solo con la idea de poder permitirme la ropa y accesorios que antes me pagaba mi madre, solo pensando en mi. Era una pésima estudiante, suspendí un montón de cursos, terminé estudiando de noche y trabajando durante el día porque mis padres ya se habían cansado de pagarme tantos estudios, era una chica muy orgullosa, presumida y vanidosa. 

Con 17 años comencé en al mundo del modelaje, mi tío me pagaba las clases, y empecé como modelo de discotecas, de pelo, y lo recuerdo como una mala experiencia, pero, gracias a Dios, aunque me llegaron propuestas tentadoras, decidí no seguir adelante. 

Empecé a tener relaciones con chicos desde los 14 años, traicionada y traicionando, porque mi lema era "si me la hacen me la pagan". Siempre estaba en la búsqueda de algo que me llenara, pero ni los chicos, ni mis amigos me llenaban, ni ese mundo de ilusión que vivía me llenaban. También probé con la religión, estando en ese mundo del modelaje conocí a una modelo que iba a una iglesia y empecé a ir, hice la confirmación y me reunía con el grupo de jóvenes de la iglesia, leía los evangelios en la misa de los domingos, iba a la casa del cura, pero allí hacíamos fiestas con alcohol todos juntos. 

Al final de mis estudios conocí a Fernando, mi marido, empecé a salir con él por no estar sola. 
Siempre hacia lo que me apetecía, iba y venía sin dar cuentas a nadie, aunque mi padre trataba de ser estricto mi madre me permitía seguir el ritmo que yo quería. Cuando empecé a salir con Fernando no me gustó tener que dar cuentas a alguien de mis salidas o entradas, él siempre me buscaba y aquello a mi me pareció ridículo y decidí terminar con la relación. No obstante, él no se dio por vencido, me siguió y me pidió que me casara con él, retomamos la relación y a los 7 meses nos casamos.  

Con el matrimonio, empezó mi calvario, porque el hombre que yo conocía desapareció, salía todos los fines de semana a la calle a beber con sus amigos y me dejaba sola. Cuando nació nuestro primer hijo me volví muy celosa y el ambiente era horrible en casa porque me maltrataba.  A los 3 años nació nuestra segunda hija, pero el panorama seguía siendo muy negro, él me era infiel y yo hacía lo mismo, aunque él nunca se dio cuenta, porque "quién me lo hacía me la pagaba".

Cuando nuestro hijo mayor cumplió 5 años empezó con una enfermedad muy rara y finalmente le diagnosticaron una leucemia linfoblastica de alto riesgo. 

Durante todo este tiempo de matrimonio y enfermedad, busqué refugio en la iglesia, con los testigos de Jehová y con los mormones, pero no me satisfacía nada.  

Cuando nuestro hijo enfermó, una prima de mi marido que era cristiana evangélica, nos compartió el evangelio y mi marido accedió a ir a la iglesia, recuerdo que fue un 6 de enero de 1999. Fernando fue a la iglesia y yo me quedé con el niño en el hospital y a partir de ese día no volvió a ser el mismo y yo tampoco. Desde entonces lo que nos movía era el amor de Dios. Nuestro hijo empezó a recibir tratamiento cada semana, a pesar de eso y por unas circustancias que se sucedieron en el hospital, su situación empeoró, su cuerpo estaba invadido por el cáncer en un 90 por ciento y la única opción que nos quedaba era someterse a un auto trasplante y nos vinimos a España. En esos momentos, yo solo vivía para mi hijo y a nuestra hija lamentablemente, no pude atenderla todo lo que ella se merecía, y lo que yo hubiera querido, lo mismo pasó con mi marido. Tras el trasplante nuestro hijo falleció, su cuerpo no resistió más, falleció el 29 de mayo del 2002, fue una pérdida muy triste, aunque como siempre digo, sino hubiera sido porque en ese momento Dios estaba en nuestra vida no habría podido levantarme y seguir adelante. 

Después de fallecer mi hijo, me volqué en mi hija Daniela, mi vida se centraba solo en ella, mi marido trabajaba mucho y descuidé nuestra relación.  Seguimos yendo a la iglesia en España y participábamos en todo, pero me convertí en una religiosa, con devoción externa, pero en mi vida diaria no estaba Dios presente, tenía muchas discusiones con mi marido y mi hija Daniela creció y empezó a salir, esto provocaba muchas peleas constantes con mi marido. Yo decidía ponerme del lado de mi hija y ocultaba cosas suyas a mi marido para evitar problemas. Para escapar de la situación en casa, estudiaba y me preparaba, fue así como conocí a otra persona con la que empecé una relación. Mi matrimonio estaba tan deteriorado, que había decidido separarme, interpuse una orden de alejamiento contra mi marido, porque ya no quería saber nada más de él y quería empezar de nuevo, pero este pensamiento no era más que un engaño. 

Tras este último episodio conocí Vida Nueva, porque mi marido había venido a pasar aquí una temporada. En Vida Nueva, un lugar maravilloso, empecé a ver por primera vez que yo no era la víctima, como siempre me había visto, sino que había sido parte culpable de la vida que estaba viviendo, era una mujer manipuladora, que solo veía por ella misma y sus propios deseos. Con mi comportamiento había contribuido a la situación que vivía mi matrimonio y mi hija. Durante estos últimos años, Dios a través de Vida Nueva restauró completamente la relación con mi marido y ahora somos muy felices juntos, hemos podido dejar atrás esos horribles años, ahora tenemos una relación basada en el respeto y el amor y se ha restaurado una relación sana con mi hija. 

Doy gracias a Dios que dio su vida por gente como yo que no valemos nada, que me trajo a este lugar donde por medio de gente que lo ha dejado todo por nada, dan sus vidas y familias, por ayudar. Solo puedo decir gracias, gracias y muchas gracias, sois lo mejor que Dios ha podido poner en mi camino, os amo.







Comentarios

  1. Mil gracias familia . Por el testimonio, os conozco mucho.. y sois .. todo y más de lo que describes al final del testimonio, vidas nuevas.. transformadas ... Dignas de imitar. Pero no conocía mucho de vuestro pasado... Realmente es imposible con ese pasado.. tener una vida tan llena de gozo y de alegría como tenéis vosotros.
    Pero tenemos un Dios de imposibles. Gracias por ese Dios y gracias por esas vidas que no se cansan.. de ser ese canal de ser de amor y de restauracion para familias y personas .. con tanta dedicación de horas.. trabajo.. esfuerzo .. llevando cargas que no les corresponden.. y escuchando problemas y enfrentando situaciones..que no son suyas. Gracias vida nueva.. y gracias responsables y personas que lo hacéis posible. Gracias por darnos otra oportunidad para comenzar y borrar el pasado. Gracias Fernando, Martha y Daniela por contar lo más íntimo para glorificar a Dios y hablar verdad!! Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias Marta!!! Tu testimonio habla del Amor, la Gracia y el Poder de Dios. Le has dado a Él todala gloria y me ha bendecido mucho. Estoy seguras que montones de vidas cogerán esperanza al leerlo. Muchísimas gracias. Eres un ejemplo en tu nueva vida, para imitar y aprender. Gracias!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias Martha. He visto los milagros que Dios ha hecho en tu vida y en tu hogar. No hay nada imposible para Dios. Gracias a Vida Nueva por todo lo que os han ayudado. Os amo

    ResponderEliminar
  4. Buauu Marta!! Me dejas sin palabras y me llenas de esperanza muchas gracias por tu valentía en abrir tu corazón en levantar a Jesús realmente puedo ver en ti una mujer trabajadora esforzada y que respeta a su marido una gran inspiración para mi DIOS llene vuestros graneros!! Gracias porque ahora tu tú eres una ayudadora te quiero mucho

    ResponderEliminar

  5. Gracias Marta, gracias por tu valentía contando la verdad. Gracias por vuestro ejemplo de familia. ¡Gloria a Dios!

    ResponderEliminar
  6. Gracias por abrir el corazón y darle la gloria a Dios. Me encanta veros viviendo y sirviendo con gozo. No tenía ni idea de vuestro pasado pero realmente muestra la fidelidad de Dios y Su cuidado con vosotros. Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  7. Dios puede. Gracias Marta, gracias por atreverte a contar de forma tan directa estas cosas tan personales. Me gusta mucho que puedo ver en ti una mujer libre de todo ese pasado, y en vosotros un matrimonio feliz y restaurado. Es sabido que humanamente esto es imposible, pero gracias a Dios por su amor y su poder con todo el que le abre el corazón. ¡Sois una inspiración!

    ResponderEliminar
  8. Marta muchísimas gracias por abrir el corazón de esa manera y exponer tanto tu vida y tu pasado. A día de hoy sois un precioso ejemplo que da esperanza a todo el que os rodea. Algo que admiro de la obra que Dios ha echo en ti es el gozo precioso y el amor y sujeción en vuestro matrimonio y parece increíble después de lo que habéis vivido. Esta claro con vuestro ejemplo que Dios tiene el poder para obrar en cualquier imposible!

    ResponderEliminar
  9. Muchísimas gracias por abrir el corazón con el único objetivo de glorificar a Dios,me ha bendecido muchísimo vuestro testimonio.Gloria a Dios!

    ResponderEliminar
  10. Es siempre tremendo ver como la gracia de Dios es mucho más fuerte que cualquier herencia generacional de maldición. Todo apuntaba a que vuestras vidas iban a ser una repetición de lo que ya habíais sufrido anteriormente pero doy fe de que eso no es para nada vuestra realidad sino que sois de bendición y ejemplo de cómo Dios puede cambiar lo que sea con gente dispuesta a ponerse en sus manos. Gracias por abrir el corazón.

    ResponderEliminar
  11. Gracias Marta, tú testimonio no ha podido ser más claro: no había salida humana para vuestra situación y cualquiera habría aceptado que el amor se había acabado y el divorcio era la única solución... pero Jesús salva, este es nuestro Dios glorioso que puede hacer imposibles, que puede restaurar los corazones más dolidos, malvados y pecadores, por corazones como los vuestros ahora: tiernos, dóciles, amorosos, ejemplares. Y todo esto es precioso, pero día a día es llevado a cabo en Vida Nueva por todas las personas que entregan su tiempo, fuerzas, economía, carreras, familias... por agradar a Dios, porque obedecer es mejor y hay recompensa en el Cielo. Muchísimas gracias.

    ResponderEliminar
  12. ¡Muchísimas gracias Marta por tu valentía, por tu honestidad! Y sobre todo porque en tu testimonio pero sobre todo en tu vida hoy se ve el poder de Dios, su amor incondicional, sus milagros, y que para Él no hay nadie demasiado lejos ni problema demasiado grave que no pueda ser alcanzado por nuestro precioso Dios. Es impensable para este mundo que una vida como la que has vivido termine bien, pero para Dios no hay nada imposible, y hoy os veo a los tres, veo vuestros rostros, cómo vivís, y ¡¡toda la gloria es para Dios!!
    Gracias por ser luz, y gracias porque de la misma forma que hubo personas preciosas que por amor a Dios os ayudaron, hoy lo hacéis vosotros.
    Con cariño.

    ResponderEliminar
  13. Gracias Marta. Cuanta gloria de Díos en tu vida y en la de tu familia. Me llena de gozo ver el obrar de Díos Y como su poder se perfecciona. Sois un ejemplo y me bendice muchísimo vuestra relación donde es tan palpable la presencia de Díos. Sois preciosos! Os amamos muchísimo gracias por vuestro amor. Es un deleite estar cerquita a vosotros.

    ResponderEliminar
  14. Muchas Gracias Marta! Gracias por abrir tantísimo tu corazón para contar cuan grandes son los milagros de Dios y tu lo eres.
    Me bendice muchísimo tu vida ver como sirves siempre y como se refleja en ti ese gozo que solo Papá puede darnos es un verdadero regalo tenerte cerca . Un abrazo muy grande !Te quiero mucho!

    ResponderEliminar
  15. Muchas gracias por tu valientia para dar gloria a Dios con tu testimonio y gracias a Dios la bendicion y ejemplo que sois.

    ResponderEliminar
  16. ¡Qué milagro! Solo Dios puede hacer algo tan precioso. Gracias por abrir tu corazón y por posicionarte del lado de la verdad. Veo el Evangelio hecho carne en ti. Me bendice enormemente tu vida y la de tu familia, grita a los cuatro vientos que hay esperanza.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario